Varias situaciones recientes me llevaron a pensar en esto de como la tecnología ha invadido nuestras vidas. Como hoy salir de casa sin el celular puede llegar a ser trágico. Que día negro dejarse ese aparatito tan "necesario" en casa... ahí solitario, olvidado en algún abrigo, en alguna mesa...hasta uno llega a pensar si se sentirá solo... me lo puedo imaginar moqueando al pobre celular cuál nene de 3 añitos extrañando a mamá... en fin.. nada de eso ocurre mis queridos lectores... el aparatito "necesario" se queda ahí... a lo sumo se mueve unos cms por las 250 vibraciones de las 250 llamadas perdidas del día....En fin, no vine a escribir de como este aparatito tan "necesario" forma parte de nuestras vidas (eso dejémoslo para otro post)... si no que fue el disparador para tratar un tema romanticón, digamos un popurrí de temas romanticones. Esto de las sorpresas románticas, los llamados inesperados, las cartas, los papelitos anónimos.
En varias oportunidades me acordé de las bobadas que hacíamos con mis amigas del cole para conseguir algo del "chico del momento"... eran variadas las travesuras... desde pasar por la casa cuál vecinas casuales y relojear si andaba dando vueltas hasta llamadas con música dedicada (un "entrégate" de Luismi)... que o quedaban sin contestar o eran atendidos por madres enojadas porque del otro lado no hablaba nadie... y ellas no sabían que del otro lado había 5 adolescentes muertas de vergüenza y con ansias de escuchar la voz de "el chico del momento".... divertidas y sanas travesuras... me pregunto si hoy las chicas de 13 vivieron algo de esto... (no, hoy existen los celulares).... pero este post no tiene como idea principal centrarse en mis recuerdos de los 13... si no en traer las diferentes situaciones romanticonas que surgen del día a día y que la tecnología se ha empecinado en reemplazar.
Pongamos algunos ejemplos.
Situación 1) Querés llamar al ser amado sólo para escuchar su voz. Antes: la llamabas, te quedabas en silencio y ese momento del "hola, hola" quedaba resonando en tu cabeza por horas... HOY: en la mayoría de los casos te atienden diciendo tu nombre... (tienen identificador de llamadas, sí sí en las casas también hay identificador de llamadas... ) o directamente no te atienden... porque no reconocen el número o porque dice "desconocido". Cómo le explicas que la llamaste para "escuchar su voz".... sale corriendo a los 5 minutos... psicótico!
Situación 2) Una carta: no hay nada más romántico y lindo que una carta de puño y letra. Esas cartas con papel carta (no tamaño carta, PAPEL CARTA, ese casi transparente que hace ruidito al moverlo... mágico!) colores, con letra romanticona... y para los más cursis... hasta con perfume... sí sí, he sido cursi en algún momento, ¿quién no?... HOY: ¿una carta? que fiaca! empezando por el papel, a lo sumo un A4 de la oficina... que encima se complica doblarla.... ¿colores? sí el negro o azul de la birome... ni hablemos de sobre.... así doblada como viene y ya... desde el vamos... da fiaca... mejor le mando un mail... eso sí sonaste con la identidad.
Situación 3) Notita anónima: una notita dejada casi por casualidad en un abrigo... en un bolso... de esas notitas que alegran la vida. HOY: primero buscar un papelito cuadrado que no sea un post it que se pegotea en todos lados... ni que sea una hoja A4... si no, cortar la hoja A4 en varios cuadraditos... sirve para varias notas... bueh, si la carta daba fiaca... esto ni hablemos... además que quede el papelito simétrico... para los obse como quien escribe. Fiaca x 2!! mejor le mando un mail! o un mensajito de texto... pero ups! y con la identidad como hacemos? y bueh!...
Situación 4) Flores: que lindo un hermoso ramo de flores, pueden ser dedicadas o anónimas... lindo recibir de las dos... nunca tan linda sensación como romperse la cabeza de quién será el que me mando las flores!!. HOY: esta es la situación que aún la tecnología no pudo reemplazar al 100%... yo cada tanto recibo del amorcito de mi vida... o de mamá que viene a visitarme y me trae las fresias que tanto me gustan... pero la tecnología también hace de lo suyo... requiere solo una inversión de tiempo... el facebook tiene de esos "growing gifts" que hermosas flores virtuales de esas que no hace falta cambiarles el agua, ni cortarlas, ni siquiera ocupan espacio... las tarjetas electrónicas también tienen lo suyo... o simplemente un mail con una archivo gif, de esos animados, con flores que se mueven o cambian de color... un mail con un foto de flores! que lindo! sobretodo porque si las imprimo en diferentes colores hasta me puedo armar un florero de papel... y no necesito ponerles agua... están siempre de color! que romántico :-P.... pobre florero! (el del negocio y el del escritorio).
No tiene nada de malo la tecnología, al contrario, gracias a ella escribo este post y lo pueden leer mis amigos casi al mismo tiempo... gracias a ella me comunico con quien quiera a la hora que quiera... gracias a ella tengo teléfono en casa.... aunque no tenga fijo.... y podría seguir dando unos cuantos ejemplos más ...
En fin, cualquiera sea la ocasión yo les recomiendo que no se pierdan de los detalles aunque hoy usar la tecnología sea más cómodo... no se pierdan de la sensación de dejar notitas olvidadas en abrigos de esposos/as, novios/as, amigos/as, hermanos/as.... de escribir una carta de puño y letra (notaron como empeoró su caligrafía por perder la práctica en escribir con lapicera? y mejor no hablemos de escribir con pluma!!), de mandar flores! de sorprender al otro con ese algo "diferente" que hace apenas algunos años era la forma más común de comunicarse...
martes, 15 de septiembre de 2009
jueves, 10 de septiembre de 2009
¿Mirar o no mirar? Esa es la cuestión…
Dentro del programa de estudios de mi carrera (publicidad) hay una materia llamada “Teorías de la Comunicación”… materia troncal si la hay en una carrera de comunicación. Hicimos una actividad en clase que consistía en defender o no la existencia de la televisión… una mini investigación en la cual la clase quedaba dividida en dos. Recibimos las mismas pautas: argumentos del porque defendíamos o no la TV, encuesta básica a un grupo X de personas y designación de un vocero para defender la postura del grupo. Tuvimos una hora para todo, cumplimos con las consignas y cerramos el ejercicio. Antes de terminar la clase el profe tiró una propuesta: pasar una semana SIN ver televisión, y esto es, ni prenderla, ni mirarla de reojo al pasar… ni nada de ello.
Tomé la consigna y mientras salí de la facu camino a casa empecé a pensar en las diversas formas en que podía llegar a cumplir con la consigna. No parecía muy difícil. En casa no tengo cable, la tele de aire no da grandes cosas, llego tarde, casi no tengo tiempo para dedicarle a la tele… hasta acá íbamos bárbaro.
Tomé la consigna y mientras salí de la facu camino a casa empecé a pensar en las diversas formas en que podía llegar a cumplir con la consigna. No parecía muy difícil. En casa no tengo cable, la tele de aire no da grandes cosas, llego tarde, casi no tengo tiempo para dedicarle a la tele… hasta acá íbamos bárbaro.
El primer obstáculo lo encontré en una pizzería de paso… a lo lejos vi la caja negra multicolor, la ubique y pase cuál caballo de sulqui sin mirar más que para adelante. Primera prueba superada. Subí al 29, estaba a salvo… en los colectivos (aún) no hay TV. Me bajé en Belgrano para tomarme el tren.
Subí al vagón y ups! Ahí estaba ella, del tamaño de un monitor de PC emitiendo sus imágenes. Mis compañeros de viaje parecían embelesados, en realidad, más bien embobados. Como si no pudieran evitar mirarla. Yo lo intenté, bajé la vista, investigué mis zapatos, el piso, los pies de los demás. Todo lo que pudiera estar al ras del piso para evitar subir la mirada y mirarla!
Pasaron las estaciones. Me agarró ansiedad. Miraba a mi alrededor y veía como cada uno iba de reojo mirando lo que pasaba en esa TV que yo había decidido no mirar… Llegué a mi destino y me bajé. Biennnn, segunda prueba superada. Saludé triunfante con la mente a mí ahora enemiga “la TV” y me dispuse a caminar hasta mi hogar.
Ni bien abrí la puerta la escuché encendida a lo lejos y casi como un espejismo note que la habitación se llenaba de luces azuladas y rojizas que saltaban por toda la habitación dibujando sombras de diversas formas. JP estaba sentado mirándola, embobado al igual que todos mis compañeros de viaje. Fui hacia la cocina. Más ansiedad. Era como si me hubieran prohibido comer chocolate, más ganas me agarran de comer!. Preparé la cena y pensé en comer sentada solo en el living. No hacía falta adornar la cena con su sonido, sus colores, sus imágenes.
Mientras comía pensaba en porqué es tan “llamativa” ¿Qué la hace tan necesaria? ¿Qué pasaría si de un día para el otro nos quedáramos sin tele? ¿Hablaríamos más? ¿Estaríamos más pendientes del otro? ¿Más solidarios?... la seguía escuchando a lo lejos. JP la había dejado encendida. Ordené la cocina y me asomé al dormitorio. La encontré ahí enfrente, encendida en todo su esplendor y no pude evitar mirarla, sentarme y engancharme con el programa del momento. Ya lo había advertido el profesor… no iba a ser fácil, y no lo fue.
Se quiera o no, está ahí, aunque no la estemos mirando, está, de batifondo, de compañía. Y yo, yo me dejé embobar, y me quedé mirándola hasta quedarme dormida. Y el miércoles que viene voy a tener que sumarme a los que intentamos y no pudimos… ojalá que de los 12 que somos al menos alguno haya podido… da esperanza pensar tal vez para algunos no sea TAN necesaria como parece. Vos querido lector ¿hiciste la prueba?...
Pasaron las estaciones. Me agarró ansiedad. Miraba a mi alrededor y veía como cada uno iba de reojo mirando lo que pasaba en esa TV que yo había decidido no mirar… Llegué a mi destino y me bajé. Biennnn, segunda prueba superada. Saludé triunfante con la mente a mí ahora enemiga “la TV” y me dispuse a caminar hasta mi hogar.
Ni bien abrí la puerta la escuché encendida a lo lejos y casi como un espejismo note que la habitación se llenaba de luces azuladas y rojizas que saltaban por toda la habitación dibujando sombras de diversas formas. JP estaba sentado mirándola, embobado al igual que todos mis compañeros de viaje. Fui hacia la cocina. Más ansiedad. Era como si me hubieran prohibido comer chocolate, más ganas me agarran de comer!. Preparé la cena y pensé en comer sentada solo en el living. No hacía falta adornar la cena con su sonido, sus colores, sus imágenes.
Mientras comía pensaba en porqué es tan “llamativa” ¿Qué la hace tan necesaria? ¿Qué pasaría si de un día para el otro nos quedáramos sin tele? ¿Hablaríamos más? ¿Estaríamos más pendientes del otro? ¿Más solidarios?... la seguía escuchando a lo lejos. JP la había dejado encendida. Ordené la cocina y me asomé al dormitorio. La encontré ahí enfrente, encendida en todo su esplendor y no pude evitar mirarla, sentarme y engancharme con el programa del momento. Ya lo había advertido el profesor… no iba a ser fácil, y no lo fue.
Se quiera o no, está ahí, aunque no la estemos mirando, está, de batifondo, de compañía. Y yo, yo me dejé embobar, y me quedé mirándola hasta quedarme dormida. Y el miércoles que viene voy a tener que sumarme a los que intentamos y no pudimos… ojalá que de los 12 que somos al menos alguno haya podido… da esperanza pensar tal vez para algunos no sea TAN necesaria como parece. Vos querido lector ¿hiciste la prueba?...
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